Gruta de Salamanca

En la Sierra de los Sosa, que forma parte del valle del León, en la cadena principal y fuera del valle de Aiguá, a unos 200 metros de altura, se abre la cueva de "La Salamanca". Mira al S.E. y es posible acceder a ella, a través de un estrecho desfiladero.
Su portada tiene 33 metros de ancho por 4 metros de alto, se domina perfectamente hasta una profundidad horizontal de otros 33 metros, que es su fondo.
La fama de las maravillas de que era testigo el que visitaba la misteriosa Cueva de Salamanca, se extendió por toda España y pasó a América, cuyas cavernas llenaron de encantadores y adivinas. ("Supersticiones del Río de la Plata" – Daniel Granada)
El primer departamento de la Gruta, tiene aproximadamente 1.000 metros cuadrados de superficie y se le denomina el "Salón".
Como anexos importantes tenemos: "Cuarto de Lemos" y "La Secreta".
El Salón de La Salamanca es un amplio subterráneo, de gran bóveda, que permite recorrerlo en muchas partes en posición vertical. El Salón presenta una gruesa capa de tierra en polvo (de un metro de espesor) que cubre el verdadero pavimento de la caverna. Ninguno más alumbrado, aireado y seco que este subterráneo, reúne anormales condiciones debido a su ancho pórtico y despejada chimenea o claraboya.
Como a los dos tercios de su fondo, se encuentra una abertura, que le proporciona las únicas filtraciones que en él se advierten.
La extensa bóveda de La Salamanca es convexa por secciones.
Las incesantes transformaciones del techo de la caverna ha provocado la pérdida de las estalactitas que deben haber formado filtraciones que hoy no existen, así como las frágiles pirámides calcáreas, que se desprendieron y aún hoy siguen desplomándose.
Desde el indio errante, los Jesuítas químicos, y los matreros que recorrieron la caverna, todos la exploraron, descubriendo sus más recónditos antros. Todos ellos modificaron algunos de departamentos, la prueba es el estado de perfecto arreglo en que se encuentra el "Cuarto de los Lemos", donde vivió largo tiempo el temido bandido. Este anexo de la cueva principal comunica por un pasillo de dos metros que permite el acceso en cuclillas.
A "La Secreta", se llega a través de un tubo de trece metros y de menos de uno de diámetro, el que se recorre desde el salón. Es totalmente inhóspito, oscuro y húmedo. El gran ventilador de la gruta, amplia claraboya, coincide con el acueducto que conduce al más recóndito departamento de La Salamanca, una caverna secundaria. Internarse en este abismo provoca todo tipo de sensaciones. Con un piso barrroso, de dificultoso acceso, donde conviven diferentes tipos de especies, como por ejemplo, reptiles.
La Secreta es una sima negra abierta en las entrañas del cerro, tiene cinco metros de largo por tres de ancho, la altura de la bóveda no alcanza a tres metros. Las tinieblas son tan densas como el aire que se respirar. La luz de una vela no se propaga a más de medio metro. Existen gran cantidad de estalactitas, que a la luz producen fuegos de colores.
La estructura de estos cerros son esencialmente calcáreas, lo que han posibilitado la formación de las cuevas.-

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